LUCIANO SUPERVIELLE

| JUEVES 4 DE SEPTIEMBRE | 20:30 hs.

 

La música de Luciano Supervielle combina universos en apariencia muy lejanos entre sí. La tradición clásica europea, el hip hop, el tango y las raíces musicales del Río de la Plata se entrecruzan en su propuesta, tendiendo puentes entre lo orgánico y lo electrónico, lo erudito y lo popular.
Este disco, que registra su concierto junto a la Orquesta Filarmónica de Montevideo, amplía los caminos artísticos que ha venido recorriendo desde hace dos décadas.
La idea partió de Martín García, director artístico de la Filarmónica quien consideró que Luciano era uno de los compositores ideales para llevar a cabo un concierto dedicado a la ciudad de Montevideo y a su universo musical en el mítico Teatro Solís. García y Supervielle trabajaron varios meses en el proyecto eligiendo el repertorio y luego ideando los arreglos y la orquestación junto a Alvaro Hagopián.
Los mundos de la electrónica y la música clásica se encuentran ya desde el inicio del álbum. Pensada originalmente como una base de hip hop, «Sabelo» es una de las primeras obras donde Luciano mostró de forma explícita su influencia beethoveniana. La pieza fue grabada por primera vez en el disco Presente (2013) de Bajofondo, el proyecto creado por Gustavo Santaolalla y Juan Campodónico que el músico integra desde su fundación, mostrando la continuidad de sus búsquedas artísticas. 
En su tercer disco solista Suite para piano y pulso velado (2016) Luciano se reconectó desde un nuevo lugar con su primer instrumento. Sus colaboraciones posteriores con el reconocido músico brasileño Jacques Morelenbaum exploraron en la música de cámara, algo que también puede escucharse en sus trabajos para música de cine (y en los bonus tracks de este disco). Estos caminos se combinan a la perfección en «Un poco a lo Felisberto», un homenaje al escritor uruguayo Felisberto Hernández y a su faceta no tan conocida de pianista de cine mudo. 
El silencio, concepto fundamental en la música de Supervielle, se transforma en un poderoso mensaje en «Dónde están?». Compuesta especialmente para la Marcha del Silencio que recuerda a los desaparecidos por la última dictadura uruguaya, la obra tiene 196 notas en referencia a cada una de esas ausencias. La intención es que la melodía vaya perdiendo sus notas a medida que vayamos sabiendo donde están. Este nuevo arreglo orquestal, reinventa la música pensada originalmente para piano.
La suite de «La Tregua» adapta parte de la música que Luciano compuso especialmente para el Ballet Nacional de Sodre. Es una pieza central de este álbum, por lo que significa personalmente para su compositor, pero también porque resume de manera perfecta en sus cuatro movimientos y en su conjunción de voces, orquesta, electrónica y sonidos incidentales todos los universos musicales mencionados al principio; marcando además la presencia de la ciudad de Montevideo como un personaje central de la obra.
Podría considerarse que Montevideano es un hito fundamental en la carrera de Luciano Supervielle, quien junto a la Filarmónica logró unir con sus composiciones los mundos de la música clásica, el hip hop y las raíces montevideanas como nunca antes. Pero más que una culminación, este disco es a la vez el comienzo de un nuevo camino y la continuación de la búsqueda constante de un estilo propio. 
Como el propio Luciano escribió hace un tiempo: «El océano es cada vez más vasto».

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